jueves, 4 de febrero de 2016

Huella de carbono: Tras los pasos del éxito

La huella de carbono representa la cantidad de gases efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto en una empresa u organización. Este análisis abarca todas las actividades desde la adquisición de insumos hasta su procesamiento como residuo, permitiendo a los consumidores decidir qué alimentos comprar en base al  grado de contaminación generada como resultado de los procesos productivos.

En un futuro no muy lejano, las mediciones de la huella de carbono podrían representar barreras para el ingreso de productos en diferentes mercados. Hay que tener en cuenta esto cuando generemos una idea de negocio en el sector. El control de las emisiones de CO2 es una obligación ya que contribuye a detener el cambio climático. Recordemos que en Europa, EE.UU. y Asia han comenzado a exigir este tipo de control.

Por otro lado, la medición de la huella de carbono representa el grado de contribución de una organización a ser reconocida como una entidad que promueve la responsabilidad  social y la protección medioambiental. Ojo emprendedores, la certificación no es obligatoria, pero muchas empresas están interesadas en que sus productos lleven la etiqueta que refrende esta condición, así los consumidores podrán optar por los productos más sanos y menos contaminantes.

Debemos tener en cuenta que en el momento actual las oportunidades de negocio más rentables son aquellas que generan valor agregado. Pero no solo basta productos de calidad para ser competitivos sino además se debe aprovechar todo indicador que sume valor a la oferta exportable, como el desarrollo de proyectos sostenibles. Sigamos las huellas de carbono, nos deben conducir al éxito comercial.

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